Environmental ethics and weak anthropocentrism
No Thumbnail Available
Date
Authors
Journal Title
Journal ISSN
Volume Title
Publisher
Uniagustiniana
Abstract
Description
The assumption that an adequate environmental ethic must be non-anthropocentric is erroneous. There are two forms of anthropocentrism: weak and strong, and the former is sufficient to sustain an environmental ethic. However, environmental ethics does differ from British and American ethical systems in that, to be adequate, it must be non-individualistic. Environmental ethics contains two levels of decision making: the first refers to the usual decisions that affect individual equity, the second does not have this individual perspective. This second level, called allocative decisions, is not reducible to the first and governs the use of resources over time. Weak anthropocentrism provides a basis for criticizing individual consumption needs and can be the basis for judging between these levels. Thus, it allows an adequate foundation for environmental ethics without the need to resort to the questionable ontological commitments that non-anthropocentrists adopt by attributing intrinsic value to nature.
La suposición de que una ética ambiental adecuada debe ser no-antropocéntrica es errónea. Hay dos formas de antropocentrismo: débil y fuerte, y el primero es suficiente para mantener una ética ambien¬tal. Sin embargo, la ética ambiental sí difiere de los sistemas éticos británicos y norteamericanos en la medida en que, para ser adecuada, debe ser no-individualista. La ética ambiental contiene dos niveles de decisión: el primero refiere a las decisiones usuales que afectan la equidad individual, el segundo no tiene esta perspectiva individual. Este segundo nivel, llamado decisiones de asignación, no es reducible al primero y gobierna el uso de recursos a través del tiempo. El antropocentrismo débil provee una base para criticar las necesidades individuales de consumo y puede ser la base para juzgar entre estos niveles. Así, permite un fundamento adecuado para la ética ambiental sin necesidad de recurrir a los cuestionables compromisos ontológicos que adoptan los no-antropocentristas al atribuir valor intrínseco a la naturaleza.
La suposición de que una ética ambiental adecuada debe ser no-antropocéntrica es errónea. Hay dos formas de antropocentrismo: débil y fuerte, y el primero es suficiente para mantener una ética ambien¬tal. Sin embargo, la ética ambiental sí difiere de los sistemas éticos británicos y norteamericanos en la medida en que, para ser adecuada, debe ser no-individualista. La ética ambiental contiene dos niveles de decisión: el primero refiere a las decisiones usuales que afectan la equidad individual, el segundo no tiene esta perspectiva individual. Este segundo nivel, llamado decisiones de asignación, no es reducible al primero y gobierna el uso de recursos a través del tiempo. El antropocentrismo débil provee una base para criticar las necesidades individuales de consumo y puede ser la base para juzgar entre estos niveles. Así, permite un fundamento adecuado para la ética ambiental sin necesidad de recurrir a los cuestionables compromisos ontológicos que adoptan los no-antropocentristas al atribuir valor intrínseco a la naturaleza.
Keywords
ética ambiental, antropocentrismo, no-antropocentrismo, individualismo, valor intrínseco